Lo que pasa es que no sueño, pasa que me voy, lejos, lejos, como un globito que se le escapó a un niño en el jardín.
Yo sé que no me vas a creer, es difícil de explicar ¿Cómo te digo que viajo a mundos paralelos? No me mires así, no estoy loca. Es otra vida, con otro cuerpo y otro nombre y otra historia. Después despierto y ya no me acuerdo quién soy ni en qué mundo aparecí.
Lo siento y lo siento de verdad porque estos viajes nunca son tan largos pero ayer me invitaron a tomar té. Yo dije que sí y la señora con chaqueta roja me ofreció galletas. Me las comí todas.
Después quiso que me quedara a cenar, que tenía pollo arvejado, que sabía que me gustaba. "No puedo quedarme, hay alguien esperándome al otro lado", le dije y ella preguntó "¿Quién?" y yo dije "No sé" y la señora de chaqueta roja concluyó: "No hay nadie al otro lado. Quédate".
Entonces no pude volver hasta que ya era muy, muy tarde. No es excusa ¡Por su puesto que no! Pero es la verdad.
O sea en pocas palabras me cambio por unas galletitas de la abuela y un pollo arvejado. Soy tan poco valioso
ResponderEliminarYo por lo menos hubiese exigido sushi o un plato de masarines con postre
ResponderEliminarjajajaja déjeseeee
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