viernes, 1 de agosto de 2014

La vi

El otro día me fui a sentar a la plaza a esperar que me vinieran a buscar. Había un grupo de mujeres jugando con sus guaguas adorables y de repente me vi entre ellas.
Me vi con un vestido de flores cargando a una paisanita rulienta de ojos grandes.
Me vi dejándola en la arena junto a otro enano chico y sentándome al lado de otra mujer que también usaba un vestido de flores pero no tan lindo como el mío.
Me vi diciéndole a la niña "Pregúntale si quiere jugar contigo" "Pregúntale como se llama" "Pregúntale si te presta la pala"
Me vi después de un rato avisándole que nos teníamos que ir a la casa porque "el papá" estaba por llegar.
La vi patalear para que nos quedáramos un rato más y me vi tomándola en brazos en medio de la histeria diciéndole que hoy no pero que si se comía toda la comida volvíamos mañana.
La vi calmarse.
Y después ya no vi nada, nada de eso.

El otro día me fui a sentar a la plaza a esperar que me vinieran a buscar. Había un grupo de mujeres jugando con sus guaguas adorables y un perro negro de dudosa reputación. Lo llamé para hacerle cariño.
Al día siguiente me habían picado tantas pulgas que tuve que ir al doctor. Me diagnosticaron plúrigo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario