El otro día me fui a sentar a la plaza a esperar que me vinieran a buscar. Había un grupo de mujeres jugando con sus guaguas adorables y de repente me vi entre ellas.
Me vi con un vestido de flores cargando a una paisanita rulienta de ojos grandes.
Me vi dejándola en la arena junto a otro enano chico y sentándome al lado de otra mujer que también usaba un vestido de flores pero no tan lindo como el mío.
Me vi diciéndole a la niña "Pregúntale si quiere jugar contigo" "Pregúntale como se llama" "Pregúntale si te presta la pala"
Me vi después de un rato avisándole que nos teníamos que ir a la casa porque "el papá" estaba por llegar.
La vi patalear para que nos quedáramos un rato más y me vi tomándola en brazos en medio de la histeria diciéndole que hoy no pero que si se comía toda la comida volvíamos mañana.
La vi calmarse.
Y después ya no vi nada, nada de eso.
El otro día me fui a sentar a la plaza a esperar que me vinieran a buscar. Había un grupo de mujeres jugando con sus guaguas adorables y un perro negro de dudosa reputación. Lo llamé para hacerle cariño.
Al día siguiente me habían picado tantas pulgas que tuve que ir al doctor. Me diagnosticaron plúrigo.
viernes, 1 de agosto de 2014
Yo no duermo por dormir
Lo que pasa es que no sueño, pasa que me voy, lejos, lejos, como un globito que se le escapó a un niño en el jardín.
Yo sé que no me vas a creer, es difícil de explicar ¿Cómo te digo que viajo a mundos paralelos? No me mires así, no estoy loca. Es otra vida, con otro cuerpo y otro nombre y otra historia. Después despierto y ya no me acuerdo quién soy ni en qué mundo aparecí.
Lo siento y lo siento de verdad porque estos viajes nunca son tan largos pero ayer me invitaron a tomar té. Yo dije que sí y la señora con chaqueta roja me ofreció galletas. Me las comí todas.
Después quiso que me quedara a cenar, que tenía pollo arvejado, que sabía que me gustaba. "No puedo quedarme, hay alguien esperándome al otro lado", le dije y ella preguntó "¿Quién?" y yo dije "No sé" y la señora de chaqueta roja concluyó: "No hay nadie al otro lado. Quédate".
Entonces no pude volver hasta que ya era muy, muy tarde. No es excusa ¡Por su puesto que no! Pero es la verdad.
Yo sé que no me vas a creer, es difícil de explicar ¿Cómo te digo que viajo a mundos paralelos? No me mires así, no estoy loca. Es otra vida, con otro cuerpo y otro nombre y otra historia. Después despierto y ya no me acuerdo quién soy ni en qué mundo aparecí.
Lo siento y lo siento de verdad porque estos viajes nunca son tan largos pero ayer me invitaron a tomar té. Yo dije que sí y la señora con chaqueta roja me ofreció galletas. Me las comí todas.
Después quiso que me quedara a cenar, que tenía pollo arvejado, que sabía que me gustaba. "No puedo quedarme, hay alguien esperándome al otro lado", le dije y ella preguntó "¿Quién?" y yo dije "No sé" y la señora de chaqueta roja concluyó: "No hay nadie al otro lado. Quédate".
Entonces no pude volver hasta que ya era muy, muy tarde. No es excusa ¡Por su puesto que no! Pero es la verdad.
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