Me enojé, por eso le quité los zapatos a la muy puta. Eran de esos de tacón, de los que usan las mujeres bonitas. Los tiré a la laguna para que no los viera nunca más, para ver si así, cuando se tuviera que ir descalza se dejaba de sentir tan linda y se daba cuenta de que no puede andar por la vida metiéndose con el hombre de otra.
(basado en una historia real ajena)
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